La vitamina B1 o tiamina: Es fundamental para el proceso de transformación de azúcares y cumple una importante labor en la conducción de los impulsos nerviosos y en el metabolismo del oxígeno.
La vitamina B2 o riboflavina: clave en la transformación de los alimentos en energía, ya que favorece la absorción de las proteínas, las grasas y los carbohidratos.
La vitamina B3 o niacina: Participa en la síntesis de algunas hormonas, es fundamental para utilizar la energía de los alimentos, ayuda a mantener la tasa de glucosa en sangre y el buen estado del sistema nervioso.
Contiene mucilagos y pectinas con efecto protector en las mucosas del estómago frente a la acidez de los jugos gástricos. Ideal para gastritis y acidez estomacal.
Tiene una estructura ramificada que le permite absorber mucha agua y formar geles viscosos.
Es muy fermentable por los microorganismos intestinales, lo cual, favorece la creación de flora bacteriana que compone.
¿Cómo sabemos que está en su punto óptimo de maduración?
La temperatura ambiente acelera la maduración de la fruta, déjalas juntas en el frutero.
La refrigeración frena la maduración, sácalas una hora antes de consumirla para disfrutar mejor de su textura y sabor.